REPRESIÓN LABORAL
REPRESIÓN LABORAL
Nuestro compañero José Joaquín Álvarez Fernández, calefactor, ha sido sancionado y está cumpliendo tres meses de empleo y sueldo por dos faltas graves. Un conflicto provocado por un malentendido en cuanto a la comunicación de un turno desemboca en una sanción exagerada. Así, las irregularidades cometidas por una jefatura que no cumple con su obligación de proporcionar una cartelera a los trabajadores le cuesta un castigo al que exige sus derechos.
Comprobamos, como ocurre en tantos servicios de este Hospital, que una dirección arbitraria e injusta provoca conflictos con trabajadores competentes que acaban en una conducta de auténtico acoso laboral, donde estos son llevados al límite de su aguante con la intención de que cometan el error que luego servirá para sancionarles. Ya lo hemos visto en muchas ocasiones en este Hospital, pero en pocas o ninguna se había acabado con una sanción tan grave. Tres meses por una controversia mínima, de las que se producen cientos a diario, con el único fin de implantar el terror laboral para que nadie proteste. El castigo más desproporcionado de la función pública en Asturias sienta un precedente de por donde se quieren conducir las relaciones laborales: no por la palabra, la negociación y el pacto, si no por la imposición, la sanción, el miedo y la represión.
Es el estilo de los nuevos responsables de la Consejería de Sanidad, aplicado con fidelidad ciega por el HUCA. ¿Cuánto deberían entonces pagar otros que son más culpables por su incompetencia para dirigir personal, su mala educación, sus faltas de respeto? Por el vertedero en el que convirtieron este Hospital que se cae a cachos encima de nosotros. Todos sabemos que las sanciones y expedientes en el HUCA son de aplicación exclusiva a las categorías inferiores. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las sanciones disciplinarias por faltas de respeto afectan también a los superiores. Cuando te sientas maltratado, vejado o insultado, denuncia.
El HUCA está lleno de chiringuitos en los que sus responsables hacen y deshacen a su antojo sin atenerse a norma o pacto alguno. Esta forma absurda y poco profesional de administrar las relaciones laborales provoca malestar, desmotivación, miedo, falta de iniciativa, poca eficiencia en suma. Y estos males son achacados a los trabajadores, en lugar de a aquellos que tienen la obligación de evitarlos y cobran suculentos y poco claros extras por ello.
Apoyamos a nuestro compañero José Joaquín y te pedimos que tú lo hagas también. Hoy es él y mañana seremos los demás.
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