El Hospital Central no cierra sus heridas
Asturias
El Hospital Central no cierra sus heridas
Pese a las quejas por el estado del complejo sanitario, las irregularidades, como accesos bloqueados, almacenes 'pirata' o la falta de seguridad, persisten. En las tres últimas semanas sólo dos puertas han sido reparadas
23.07.07 -
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Sólo dos puertas de seguridad, del extenso rosario de incumplimientos detectados en el primer recorrido, fueron reparadas. Se trata de sendos accesos del Edificio 'A' a la escalera de incendios. Hace tres semanas aparecían cerrados a cal y canto. Ahora no. No obstante, la reparación sólo se llevó a cabo en las puertas que habían servido de ilustración al reportaje, ya que el resto de salidas de emergencia, según confirmó una a una este periódico, siguen bloqueadas.
En el llamado Edificio A, uno de los más antiguos de los 17 que componen la maraña del actual Hospital Central, permanecen ingresados los enfermos de las unidades de cáncer, psiquiatría, endocrinología, bulímia y anorexia, entre otros. A los fallos de seguridad se une estos días otra incomodidad: los trabajos de construcción de la unidad de psiquiatra infanto-juvenil. En dicho inmueble, donde el tránsito de pacientes es la tónica, es habitual que dos de sus cuatro ascensores permanezcan 'reservados' para la evacuación de escombros de la obra. Esta situación provoca largas colas entre los usuarios que quieren acceder a las plantas superiores. «Cuando no es una cosa es otra», se quejaba una enferma que llevaba esperando más de diez minutos para poder subir a la séptima planta.
5.000 trabajadores
Los problemas de seguridad y de circulación en el Central «no son nuevos», señala José Manuel Rodríguez, delegado de Prevención de CC OO en el Central. De hecho, el personal del hospital lleva años denunciando irregularidades ante la Inspección de Trabajo, que ha sancionado al hospital varias veces. Lo más grave de esta situación es que «si ahora mismo se declarara un incendio, no sabríamos cómo ni por dónde evacuar a los enfermos y personal», se lamenta este trabajador.
La voz de alarma saltó el pasado 13 de junio, cuando el hospital sufrió un apagón que obligó a suspender operaciones. Los delegados de Prevención del complejo creen que «nadie mira para el viejo hospital» y que todos los esfuerzos se centran en el nuevo que se construye en La Cadellada.
En el Central trabajan más de cinco mil personas y suelen permanecen ingresados un millar de pacientes. Además, el hospital recibe a diario 10.000 personas, cálculo que se obtiene de sumar los usuarios que acuden a consulta, como los que van a visitar enfermos.
José Manuel Rodríguez se lleva las manos a la cabeza sólo de pensar qué ocurriría si hubiera un incendio en algunos de los edificios del viejo complejo sanitario. Como ejemplo recuerda lo que ocurre en el Hospital Covadonga, inmueble que fue dotado de puertas antifuego en cada una de sus plantas, pero que no funcionan. Las citadas puertas deberían estar conectadas a una centralita que, en caso de fuego, activaría una señal y las cerraría automáticamente, generando zonas seguras en las diferentes plantas. Sin embargo, nada de todo esto está operativo. De hecho, las puertas suelen permanecen abiertas y trancadas con la ayuda de unas gasas o cartones colados a ras del suelo.
En las cocinas, donde los alimentos y las basuras comparten el mismo circuito de entrada y salida, la situación tampoco ha mejorado. En las de Rehabilitación, incluso, una hilera de bolsas de basura se agolpan habitualmente a la entrada. Por esa misma zona ingresan los productos que serán empleados para elaborar los platos que luego llegarán a los enfermos. En el interior de la cocina, la grasa en las paredes así como en la campana de extracción (que no funciona) dejan al visitante una imagen ciertamente impactante.
Desde el Central se insiste en que las carencias denunciadas no son nuevas y que obedecen al estado de envejecimiento del complejo. Esta situación, afirma, es la que llevó al Principado a construir un nuevo hospital.
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