Las heridas del viejo Hospital Central
El actual Hospital Central de Asturias, el mayor complejo sanitario de la región hasta la apertura de su sustituto, que el Principado construye en los terrenos del antiguo sanatorio de La Cadellada, oculta secretos de la vista de los pacientes. Los sindicatos, a través de sus delegados de prevención, aseguran que el centro hospitalario, un monstruo arquitectónico con 17 edificios por los que transitan a diario más de 10.000 personas, y en los permanecen ingresados un millar de enfermos, presenta «alarmantes deficiencias de seguridad».
Los responsables de CC OO en el Hospital Covadonga están convencidos de que el apagón que el centro sufrió el pasado día 13, lo que obligó a paralizar operaciones quirúrgicas, «no fue casual». Atribuyen el fallo de los grupos electrógenos (el sistema alternativo no funcionó para suplir el corte de luz), a «la falta de mantenimiento». Y es precisamente la construcción del nuevo Hospital Central, que exige mucha atención y grandes recursos a la Consejería de Salud, uno de los factores que aparecen en la mayoría de las explicaciones de ese descuido.
«Si en la actualidad se declarara un incendio en alguno de los edificios del Central no sabríamos cómo ni por dónde hay que evacuar a los enfermos y a los trabajadores». José Manuel Rodríguez, delegado de Prevención de CC OO en el Central es quien suscribe esta grave acusación. Su sindicato, así como el resto de formaciones presentes en la Junta de Personal, lleva años denunciando estas deficiencias.
Sanciones de Trabajo
En 2004, los trabajadores presentaron un detallado informe sobre las carencias y los problemas de seguridad en el complejo sanitario, un centro que «no dispone de plan de evacuación ni de plan de seguridad», dice. El amplio abanico de irregularidades que confluyen en el Central ya ha sido motivo de denuncias y de correctivos de la Inspección de Trabajo.
No han sido las únicas sanciones. Hace dos semanas, el Instituto de Prevención también sacó una tarjeta roja al servicio de rayos del edificio Covadonga, por «no cumplir con ninguna de las medidas de seguridad», según señala Rodríguez. Pero, pese a las denuncias, los desperfectos y los fallos de seguridad persisten. «Nadie hace nada. Parece que estuvieran esperando a que ocurra una tragedia», se queja este delegado sindical.
Placas abandonadas
EL COMERCIO ha realizado un recorrido por las tripas del complejo sanitario. Algunos de los edificios presentan un aspecto francamente deteriorado, alejado de la imagen que se espera de un hospital. El paseo comienza en el centro Materno-Infantil, en cuyo sótano pueden encontrarse camas, colchones y mobiliario almacenados «desde hace años» en los pasillos. Algunos de esos viejos escritorios aún contienen en sus cajones placas radiográficas o diapositivas de biopsias con el nombre de los pacientes.
Se trata de una zona de acceso público, aunque allí están los vestuarios del personal del Materno, además de ser una área de evacuación en caso de urgencia. En ese mismo edificio, muchas de las puertas de emergencia (las que comunican con la escalera de incendios) están cerradas con llave o bloqueadas con muebles.
Escaleras ciegas
En otro inmueble cercano, el llamado Edificio A en los planos del centro, que es una torre de 11 plantas donde están, entre otros servicios, los de radioterapia oncológica y psiquiatría, las cosas tampoco marchan bien. Allí las puertas de seguridad sí pueden abrirse (aunque sólo algunas), pero la escalera de incendios acaba en una especie de callejón sin salida, una zona vallada que impediría salir del edificio si fuera necesario.
Las cocinas del Covadonga no son lugares para envidiar por sus condiciones. «Hay productos químicos al lado de la comida y el ingreso de los víveres se hace por la misma zona por donde sale la basura», apunta José Manuel Rodríguez, un hecho que pudo ser comprobado 'in situ' por EL COMERCIO durante la visita.
En el edificio de consultas externas, que llega a concentrar a miles de personas en una mañana, «hay una única escalera de emergencia que, además, es muy estrecha». Este reguero de deficiencias de seguridad lleva a los delegados de prevención a ser contundentes en sus conclusiones tras concluir el recorrido: «Ojalá que nunca ocurra un incendio o tengamos que hacer una evacuación, ya que no sabríamos cómo». Por ejemplo, apostillan, «no hay mangueras suficientes y varios de los extintores están caducados».
Sótano del Materno
El sótano del Hospital Materno-Infantil, edificio integrado en el Hospital Central de Asturias, lleva años presentando este aspecto. Sus pasillos sirven de almacén 'pirata'. En esos corredores se puede encontrar desde catres, colchones y sillas hasta armarios, camillas y escritorios. Todo tiene cabida. El material es acopiado en cualquier parte. Incluso junto al ascensor. Esta zona es de acceso público, pero en el sótano se encuentran ubicados varios de los vestuarios del personal. Además, se trata de una de las áreas de evacuación, puesto que estos pasillos son los que llevan hasta la escalera de incendios. La Junta de Personal ha presentado ya varias denuncias pero la situación, como se puede ver en la fotografía, persiste.
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